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Mantener el pH del agua de la piscina dentro de niveles adecuados es fundamental para garantizar la seguridad y el disfrute de quienes la usan, además de proteger el equipo y la estructura de la piscina.  A continuación, exploraremos por qué el pH es crucial, cómo medirlo y qué pasos seguir para mantenerlo en un rango óptimo.

1. ¿Qué es el pH y por qué es importante?

El pH mide el nivel de acidez o alcalinidad del agua en una escala que va de 0 a 14:

  • Un pH de 7 es neutral.
  • Menor a 7 indica agua ácida.
  • Mayor a 7 indica agua alcalina.

En el caso de las piscinas, el rango ideal de pH se sitúa entre 7.2 y 7.6, ligeramente alcalino, ya que:

  • Protege la piel y los ojos: Un pH fuera de este rango puede causar irritación ocular y sequedad en la piel.
  • Maximiza la eficacia del cloro: El cloro es más efectivo en su capacidad de desinfección dentro del rango óptimo de pH.
  • Previene daños al equipo: Un pH desbalanceado puede corroer las tuberías, el sistema de filtración y dañar el revestimiento de la piscina.

2. Cómo medir el pH del agua

Existen varias herramientas para medir el pH del agua de forma rápida y precisa:

Tiras reactivas

  • Son económicas y fáciles de usar.
  • Simplemente sumérgelas en el agua y compara el color resultante con la escala incluida.
  • Ideales para chequeos frecuentes.

Kits de prueba líquida

  • Ofrecen mediciones más precisas.
  • Requieren agregar reactivos al agua y observar el cambio de color.
  • Útiles para quienes buscan un control más detallado.

Medidores digitales

  • Son los más precisos, aunque más caros.
  • Funcionan con sensores electrónicos que proporcionan lecturas inmediatas.
  • Requieren calibración periódica para mantener su exactitud.

Se recomienda medir el pH al menos una vez por semana y con mayor frecuencia en épocas de uso intensivo o después de fuertes lluvias.

3. Cómo mantener el pH dentro de los niveles adecuados

El pH del agua puede fluctuar debido a factores como la adición de productos químicos, la cantidad de bañistas, o elementos externos como hojas y polvo. Aquí te explicamos cómo ajustarlo:

Para aumentar el pH (si es menor a 7.2):

  • Usa un incrementador de pH: Generalmente, bicarbonato de sodio o carbonato de sodio.
  • Procedimiento:
    1. Disuelve el producto en un cubo con agua antes de añadirlo a la piscina para evitar manchas.
    2. Esparce la solución por toda la piscina con el sistema de filtración en funcionamiento.
    3. Revisa el pH después de 4-6 horas.

Para disminuir el pH (si es mayor a 7.6):

  • Usa un reductor de pH: Normalmente, ácido muriático o bisulfato de sodio.
  • Procedimiento:
    1. Diluye el producto según las instrucciones del fabricante.
    2. Añádelo a lo largo del borde de la piscina mientras la bomba está en funcionamiento.
    3. Verifica el pH después de unas horas.

Mantenimiento preventivo:

  • Filtración constante: Asegúrate de que el sistema de filtración funcione al menos 8 horas al día.
  • Evitar sobrecargas químicas: Añade productos químicos en pequeñas dosis y con intervalos.
  • Monitoreo frecuente: Especialmente después de lluvias o cuando haya muchos bañistas, ya que ambos factores pueden alterar el pH.

4. Consecuencias de un pH desequilibrado

  • pH bajo (ácido)
    • Irritación en ojos y piel.
    • Corrosión del sistema de filtración, tuberías y otros componentes metálicos.
    • Deterioro del revestimiento de la piscina.
  • pH alto (alcalino)
      • Formación de incrustaciones de calcio en las superficies de la piscina y el equipo.
      • Agua turbia y pérdida de eficacia del cloro.
      • Sensación de sequedad en piel y cabello.

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