Se recomienda limpiar la piscina al menos una vez a la semana, dependiendo de su uso y de factores externos como el clima o la cantidad de hojas y suciedad que caen en ella. Es importante revisar y limpiar el filtro regularmente para asegurarse de que el agua circula correctamente y se mantiene limpia.
Para mantener el agua de tu piscina cristalina, es crucial seguir un plan de mantenimiento regular que incluya:
- Uso adecuado de productos químicos como el cloro o el bromo.
- Revisar y ajustar el pH del agua, que debe estar entre 7.2 y 7.6.
- Limpiar regularmente el fondo y las paredes de la piscina.
- Asegurarse de que el sistema de filtración está funcionando correctamente.
Cambiar el agua de la piscina depende de su uso y del sistema de filtración. Generalmente, con un buen mantenimiento y filtración, no es necesario cambiar toda el agua, pero puede ser recomendable realizar un cambio parcial cada 1 o 2 años para asegurar una calidad óptima.
Los productos químicos básicos para el mantenimiento de una piscina incluyen:
- Cloro o bromo para desinfectar.
- Regulador de pH para ajustar el equilibrio ácido-base.
- Algicida para evitar la aparición de algas.
- Floculantes o clarificadores para mantener el agua cristalina.
- Estabilizadores de cloro si la piscina está expuesta al sol.
Cada piscina tiene necesidades distintas según su tamaño, frecuencia de uso y exposición al exterior.
El nivel de pH del agua de la piscina debe mantenerse entre 7.2 y 7.6 para evitar irritaciones en los ojos y la piel, y asegurar que los productos químicos funcionen de manera efectiva. Para medir el pH, puedes utilizar un kit de prueba o tiras reactivas que te indicarán si el pH está dentro de los niveles recomendados.
El agua verde es señal de la presencia de algas. Para solucionar este problema:
- Ajusta el pH del agua si es necesario.
- Aplica una dosis de choque de cloro o algicida.
- Filtra el agua continuamente hasta que vuelva a estar clara.
- Limpia las paredes y el fondo de la piscina para eliminar cualquier resto de algas.
El mejor tipo de limpiafondos depende del tamaño, forma y tipo de tu piscina. Existen tres tipos principales:
- Limpiafondos manuales: Requieren de tu intervención y son económicos.
- Limpiafondos automáticos de aspiración o presión: Funcionan conectados al sistema de filtración de la piscina.
- Limpiafondos robóticos: Son los más eficientes y autónomos, aunque tienen un mayor costo inicial.
Para minimizar la evaporación del agua, especialmente en climas cálidos:
- Usa una cubierta para piscinas cuando no esté en uso, lo que también ayuda a mantenerla limpia.
- Evita llenar la piscina hasta el borde para reducir el impacto del viento.
- Mantén el agua a temperaturas moderadas, ya que el calor acelera la evaporación.
- Cloro tradicional: Es el método más común y consiste en agregar cloro directamente al agua.
- Clorador salino: Genera cloro a partir de sal disuelta en el agua mediante un proceso de electrólisis. Es una opción más suave para la piel y los ojos y requiere menos mantenimiento a largo plazo.
Si el filtro de la piscina no está funcionando bien:
- Revisa si está obstruido por suciedad o residuos.
- Asegúrate de que la bomba esté funcionando correctamente.
- Comprueba si el filtro necesita ser lavado a contracorriente (backwash).
- Si el problema persiste, podría ser necesario reemplazar la arena del filtro o consultar a un profesional.